Corcho, un material sostenible perfecto para el hogar


La sostenibilidad es hoy un criterio fundamental a la hora de crear nuevos productos, también en el mundo de la decoración. Para triunfar, cada iniciativa, cada nuevo diseño que nace ha de ser respetuoso con el entorno.

Por eso los diseñadores se esfuerzan por encontrar materiales que tengan el mínimo impacto sobre el medio ambiente. Han de ser materias fácilmente reciclables o que procedan de fuentes renovables, y que permitan un uso sostenible. El corcho es una de ellas, ¿quieres saber por qué?

Una nueva estrella en decoración

Aunque no es un material precisamente novedoso (el corcho ha existido desde siempre), es en los últimos tiempos cuando está adquiriendo una gran relevancia, ya que reúne unas características que lo hacen tremendamente valioso. Y, si no, fíjate: es totalmente natural, biodegradable, impermeable, flexible, aislante, muy resistente al fuego y al calor, etc.

Todo esto hace que tenga un sinfín de usos en el hogar. En este blog, ya te contamos hace tiempo las maravillas de los suelos de corcho, pero es que cada vez están surgiendo nuevas formas de aplicar el corcho en el hogar. Por ejemplo, nunca se había empleado para fabricar lavabos; sin embargo, es un material impermeable, muy adecuado para esa función, que además logra un acabado muy decorativo. Tampoco se utilizaba para hacer vajillas; ahora se combina con porcelana y se crean piezas realmente prácticas y bonitas. O para hacer lámparas, ya que es un material que resiste el calor sin problemas. La lista es interminable.

Procedencia ecológica

Es tal la versatilidad del corcho, se adapta tan bien para crear unos y otros productos, que, incluso, podría ser el nuevo sustituto del plástico, al menos en muchos de los usos que éste tiene en decoración. Imagínate la mejora que eso supondría para el medioambiente, dado que el corcho es un material biodegradable, mientras que el plástico es altamente contaminante.

El corcho procede de la corteza del alcornoque. Al extraerlo, el árbol no se daña lo más mínimo, la corteza se regenera (tarda unos 9 años en hacerlo) y se puede volver a extraer. Los grandes alcornocales del sur de Europa y el norte de África son los grandes productores de corcho a nivel mundial: sobre todo Portugal, aunque también España, Francia, Marruecos, Italia…

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