El blanco para las paredes


Por todos es bien sabido que el blanco es uno de los colores que más se utilizan en la decoración, y no por casualidad. Refleja mejor tanto la luz tanto natural como la artificial, aportando mayor luminosidad y amplitud a cualquier estancia. Es ideal para paredes, aunque es especialmente sucio para habitaciones infantiles, pues tampoco hay que olvidar que es un color que se ensucia con mucha facilidad.

El blanco es natural y alegre y se puede combinar con un sinfín de tonalidades. Es un excelente contrapunto a la decoración circundante y hace que los espacios más pequeños parezcan más grandes. Pese a que mucha gente ha decidido relegarlo a un segundo plano, sigue siendo una de las opciones más acertadas para lograr una decoración moderna. De hecho, no hay que olvidar que el estilo minimalista se apoya principalmente en ese color.

Se puede mostrar plano o con estucado, con más o menos intensidad. Además, se pueden añadir vinilos negros o de colores que pueden quedar muy bien siempre y cuando no se recargue demasiado la estancia.

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