Trabajar en casa


Periodistas, diseñadores gráficos, arquitectos… Hay una larga de profesionales que trabajan como autónomos y trabajan en casa. Si este es tu caso o estás planteándote esta posibilidad, debes de tener en cuenta dos factores: el primero es respetar lo máximo posible los horarios y segundo adaptar una parte de tu casa como despacho. El primero de estos factores depende sobre todo de tu voluntad personal y del tipo de trabajo, pero el segundo implica también a la familia si tienes, ya que el rincón que uses para trabajar debe de ser «sagrado».

Si te dedicas a trabajar tirado en el sofá con el ordenador portátil mientras ves la tele tu rendimiento seguramente será menor y al final del día notarás que no has disfrutado ni de tu tiempo de ocio ni te ha cundido en el trabajo. Por eso es importante que delimites un espacio de trabajo en tu casa, por muy pequeña que sea. En realidad no necesitas mucho espacio y con dos ideas prácticas puedes aislar un pequeño rincón. Para crear un ambiente de trabajo seguramente sólo necesites una mesa, el ordenador y unas estanterías. Si sólo tienes una habitación puedes aislar este pequeño departamento de la cama mediante un biombo.

Otra cosa importante a la hora de plantearte un lugar de trabajo es tener todas las cosas del trabajo en ese lugar: archivos, carpetas… No vale mezclarlas con las revistas del salón o te volverás loco. Es fundamental en un ambiente de trabajo casero tener todo muy bien organizado y para conseguirlo no tienes más que acercarte a Ikea o a una papelería y comprar cajas para clasificar o ficheros.

Una última recomendación a la hora de crear un despacho dentro de casa es que lo pongas de tal tal manera que estés a gusto trabajando. Escoge una silla confortable, una mesa amplia y si puede ser colócalas cerca de una ventana (con cortinas para que no te distraigas mirando la calle). Los colores son muy importantes en este sentido, huye de colores chillones y opta por colores pastel o por el blanco. Si sois varias personas las que trabajáis en casa, tenéis que intentar crear un mini espacio para cada uno, por ejemplo enfrentando dos mesas y separándolas por una estantería. ¡Ah! Y no trabajes en pijama, nunca irías así a la oficina ¿verdad?

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