Muchas veces nos olvidamos de lo importante que es el entorno donde nos encontramos y de cómo éste nos influencia y esto exactamente lo que le pasa a mucha gente que trabaja desde casa. Aunque para muchos es algo imposible, trabajar desde casa ofrece muchas ventajas pero un espacio de trabajo personal es imprescindible para conseguir concentrarnos y ser todo lo eficiente que nos gusta ser.
Un espacio privado y único
Tener un estudio es muy importante si trabajas desde casa. Muchas veces los pisos ofrecen una habitación que se puede utilizar como tal pero la mayoría de personas utilizan el estudio como un lugar dónde tener el ordenar y los papeles. Pero, en estos tiempos de crisis, muchas personas han tenido que tomar nuevos caminos y, muchos, pasan por trabajar desde casa.
El estudio toma una nueva dimensión (aunque siga siendo un espacio reducido) y su decoración es básica no sólo para que sea funcional, también para trabajar a gusto en un espacio propio con el que nos identifiquemos por eso es muy importante que dediquemos tiempo a decorarlo personalmente.
En tu propio estilo
No hace falta que el espacio sea una habitación cerrada, aunque si es posible es mucho mejor para concentrarse. Se puede crear un espacio estudio en un vestidor, por ejemplo, o en la habitación o en un rincón desaprovechado de la casa, como un pasillo muy amplio.
El mobiliario tiene que ser práctico y cuadrar con tu estilo y con el del resto de la casa si es un espacio abierto. La luz es un punto muy importante, sobre todo la luz natural. Que haya un ventanal es indispensable porque aporta luz y también permite una desconexión momentánea del trabajo que se esté realizando. También la luz artificial es básica, una buena lámpara y bien enfocada.
Pero lo más importante es la decoración y hacer el espacio tuyo. Es muy importante que esté despejado pero tener una foto sobre la mesa, un calendario o cualquier objeto personal que te guste tener cerca porque no hay nada mejor que trabajar con una sonrisa.