La decoración del salón siempre debe adaptarse al contexto. Por ello, los metros cuadrados disponibles de la estancia enmarcan el proyecto que vas a llevar a cabo (en soledad o con la ayuda de un profesional especializado). Pues bien, hay opciones que resultan viables cuando la zona de estar es grande y que, sin embargo, es recomendable descartar en un área pequeña. Aunque también hay propuestas de decoración que realzan la mejor versión de ambos escenarios.
1. Embellecer la base con colores claros y neutros
¿Qué tonos vas a elegir para vestir la estancia? El uso abundante de un elemento oscuro puede quedar bien en salones grandes. Sin embargo, dicha perspectiva cromática quita luminosidad a un lugar pequeño. Y, además, hace que el entorno parezca un poco más reducido. Pues bien, es posible embellecer la base con colores neutros y claros tanto en salones amplios como en superficies que tienen menos metros cuadrados.
2. Decoración en altura: muebles altos, bajos y estanterías para el espacio de almacenaje
En la actualidad, hay un montón de soluciones de decoración para potenciar el diseño, la practicidad y el confort en todo tipo de estancias. En definitiva, si quieres decorar un salón pequeño, busca propuestas que se ajusten muy bien a las necesidades del entorno.
Este contexto te invita a analizar el espacio desde otro ángulo: la altura. De este modo, muebles altos, estanterías o escaleras decorativas marcan tendencia en salones con muchos metros cuadrados y en estancias pequeñas.
3. Cuida el espacio vacío
Durante la planificación que forma parte del proceso de decoración, es habitual anticipar el resultado final y comparar diferentes composiciones hasta dar con esa propuesta que se alinea muy bien con el espacio disponible en la vivienda. Sin embargo, hay un error que conviene evitar incluso en un salón que llama la atención por su gran tamaño: recargar el conjunto. El equilibrio, la proporción y la medida realzan el atractivo de un lugar que, por supuesto, también requiere del espacio vacío. Las zonas libres y despejadas son esenciales para facilitar el paso y, también, para destacar el protagonismo de un buen punto focal.
El proceso de decoración se perfecciona a través del seguimiento y la atención a los detalles finales. Es recomendable quitar aquellos ingredientes que no añaden un sentido al conjunto.
4. Sofá o butacas de color claro
Invertir en un buen sofá realza el nivel de confort, calidad y comodidad en la zona de estar. Es un mueble que potencia el bienestar, en consecuencia, está directamente conectado con el autocuidado personal.
De hecho, un buen respaldo y una base sólida previenen las molestias y el cuidado de la postura corporal. Sin embargo, el sofá también es uno de los protagonistas del salón desde el punto de vista del diseño. Un modelo de color claro queda perfectamente en estancias grandes o pequeñas.
5. Conecta el interior con el exterior
La conexión con el exterior es especialmente positiva en un salón pequeño que expande sus límites de manera metafórica a través de las vistas que se disfrutan desde la ventana. Aunque la continuidad visual de la estancia, que se alinea realmente con el entorno, también resulta muy agradable cuando la superficie disponible destaca por su extensión.
6. Cuadros inspirados en la naturaleza
Es aconsejable que el salón invite a la calma, la serenidad y la tranquilidad. Es decir, puede transformarse en ese refugio en el que conectas con tus emociones y disfrutas de tu propio universo personal. El arte es un valor trascendente y atemporal. Pues bien, los cuadros, láminas o fotografías inspiradas en la naturaleza decoran con mucho estilo una de las paredes de salones grandes o pequeños.