El ahorro y la sostenibilidad, una vez más, son los protagonistas de uno de nuestros posts. En este caso os traigo la posibilidad de recoger uno de los bienes más preciados (y gratuitos) con los que contamos: el agua de lluvia. Durante muchos años, los aljibes fueron algo habitual en un país como el nuestro, donde una gran parte del territorio geográfico está afectada en muchas ocasiones por la sequía. Esta tradición se abandonó poco a poco tras la incorporación de las redes de suministro de agua para las casas, pero hoy día el acopio de agua vuelve con fuerza como medida sostenible y ahorrativa para muchas de las funciones del hogar.
Los nuevos depósitos, como el que veis en las fotos, son además muy decorativos para el jardín. Ya podéis olvidaros de gastar unos cuantos euros en el agua para regar…
Depósito con forma de ánfora
En la imagen aparece un depósito de agua de plástico y con forma de ánfora. Está muy bien conseguido y casi parece de auténtica terracota, como las antiguas vasijas donde se guardaba el aceite. Este depósito está especialmente diseñado para recoger y almacenar agua de lluvia, y es resistente a la intemperie y a los rayos UVA. Se comercializa en distintas capacidades, entre 300 y 500 litros, y podéis encontrar este modelo y otros similares en la página web Ekoideas.
Además de esta opción, existen también modelos realizados con materiales plásticos y rodeados de tablas de madera especialmente tratada para exterior, que se pueden encontrar en centros de jardinería y bricolaje. Las ventajas son indudables: suponen un importante ahorro de agua (beneficioso para el planeta y para nuestro bolsillo), y además el agua de lluvia es excelente para las plantas, ya que carece de cal y es rica en oligoelementos. Y por si fuera poco, dicen que es la mejor para lavarse el pelo, ya que la ausencia de componentes químicos hace que el cabello quede brillante como nunca…