Iluminar de manera adecuada una vivienda no es una tarea sencilla, ya que hay que tener en cuenta muchos factores. Por ejemplo, hay qué decidir qué tipo de luz, cálida o fría, es adecuada para cada estancia dependiendo del tipo de vida que se vaya hacer en ellas. Nos estamos refiriendo a la temperatura de color, que se mide en grados Kelvin.
Las luces cálidas se caracterizan por su tono rojizo y tienen una temperatura de color entre los 3.000º Kelvin, mientras que las luces frías tienen un alto porcentaje de tonos azules, y su temperatura de color es superior a los 5.000º Kelvin. Hoy te contamos cuál es la más adecuada para cada estancia del hogar.
Salón
En primer lugar, queremos hablar del salón, la estancia principal del hogar. Este tipo de estancias aceptan tanto las luces cálidas como las frías. Para ser más concretos, las primeras son más adecuadas para los espacios de relax y dedicados a ver la televisión, mientras que las segundas son las mejores para la mesa de comedor o zonas de trabajo.
Dormitorio
Tanto en dormitorios principales como en habitaciones infantiles, la luz más adecuada es la cálida, ya que ayuda a crear un ambiente de descanso. Eso sí, si la estancia cuenta con una zona de estudio o trabajo, ésta deberá contar con una luz fría.
Cocina
En las cocinas, sobre todo en las zonas donde se preparan los alimentos, es mejor disponer de una luz fría. Eso sí, también es recomendable contar con luces ambientales que aporten calidez.
Baño
Las luces más adecuadas para el cuarto de baño son las frías o neutras, es decir, iguales o mayores a 4.000º Kelvin. Además, es recomendable que no emitan calor y que reproduzcan los colores fielmente.
Recibidor
Por último, queremos recomendarte que en el recibidor apuestes por una luz cálida, ya que este espacio debe generar una sensación de bienestar y calidez.