El minimalismo subraya el equilibrio, la armonía y el orden. Ingredientes que se retroalimentan mutuamente y que, a su vez, embellecen un espacio. Además, son componentes que refuerzan el bienestar personal. Pues bien, existe un método en el que puedes inspirarte si quieres intensificar la sencillez en la estética de la vivienda: el método Streamline. Es una fórmula creada por Francine Jay, autora del libro Menos es más. El subtítulo de la obra sintetiza los pilares de su filosofía: Cómo ordenar, organizar y simplificar tu casa y tu vida. Es decir, existe una vinculación constante entre el espacio y la persona.
Hay diversos síntomas de incomodidad que pueden experimentarse en un entorno. Algunas de esas molestias están relacionadas con la tendencia hacia la acumulación. ¿Sueñas con un hogar minimalista que tenga únicamente aquello que verdaderamente necesitas? Entonces, ha llegado el momento de prescindir de todo lo que no tiene un significado para ti o que únicamente ocupa un espacio valioso. La obra expone las claves para realizar el proceso de orden en cada una de las estancias de la vivienda.
1. Tres tipos de productos que aparecen al ordenar la casa
Durante el proceso de organización de una estancia, vas a encontrarte con artículos que se clasifican en distintas categorías. Algunos hallazgos se clasifican como pequeñas joyas que tienen el valor de un tesoro afectivo. Bienes que quieres mantener en el futuro. Por el contrario, también puedes identificar objetos que se encuentran en perfecto estado y, sin embargo, no encajan en la decoración de tu hogar. En ese caso, puedes donar ese material para prolongar su vida útil. Finalmente, ha llegado el momento de desprenderte de aquello que identificas como un trasto.
2. Fórmula para evitar la acumulación de cosas
El espacio del hogar es limitado. Y se empequeñece todavía más cuando empieza a llenarse con objetos innecesarios. El exceso de cosas, con frecuencia, no se percibe de inmediato. Es el resultado de un proceso gradual que va añadiendo nuevos elementos al look del inmueble. Por ello, existe un principio básico que puedes aplicar para practicar el minimalismo. La suma de un artículo debe ir acompañada por la eliminación de otra cosa. De este modo, el proceso encuentra un buen equilibrio.
3. Cuidado constante del orden
La ausencia de constancia en el mantenimiento de una estancia puede derivar en caos y ruido visual. La organización es una tarea que se alimenta con la perseverancia. Por ello, el mantenimiento diario permite abordar de una forma más sencilla aquellas cuestiones que requieren de más tiempo y esfuerzo cuando se posponen. Esta es otra de las claves del método Streamline.
4. Despejar las superficies que tienden a llenarse de cosas
El orden se observa desde una perspectiva global en un espacio cuando también se localiza en lo particular. Pues bien, existen zonas concretas que pueden llegar a llenarse con un exceso de adornos: muebles bajos, mesas auxiliares y estanterías. Conviene realzar el minimalismo en este punto en concreto. Por tanto, realiza un repaso general de los distintos rincones de la casa para identificar las áreas de mejora.
El método Streamline es una de las fórmulas que actualmente inspira a muchas personas. Está perfectamente desarrollado en el libro Menos es más. En consecuencia, posee un enfoque minimalista. La verdadera transformación del hogar comienza con un estilo de vida consciente. De este modo, es posible evitar el apego hacia las cosas materiales para ser plenamente libre. Y el arte del desprendimiento se ejercita a través de objetivos viables y alcanzables. ¿Qué artículo te gustaría retirar de tu casa en este mismo instante? Para convertir el aprendizaje en hábito, debes alimentarlo cada día.