Tonos blancos en decoración


Seguro que el título “40 sombras de grey” os suena, ¿verdad? Es un juego de palabras con el apellido Grey, gris en inglés, y la palabra shade, que significa sombra o tono. Todo esto viene al caso de que si el gris de las famosas novelas tiene cuarenta tonos, el blanco tiene muchos más. Aunque os parezca increíble, este no-color que es el resultado de sumar todos los colores luz en uno solo puede mostrarse en muchísimos tonos, cada uno destinado a lograr un efecto u otro.

Blancos egg-shell (cáscara de huevo). Blancos rotos. Blanco crema, hueso, envejecido… ¿Los conocéis? Vamos a darnos un paseo por las tonalidades del blanco, tan variadas que permiten decorar una estancia empleando solo este color.

Enorme variedad


En las dos fotos que abren el post podéis ver la enorme variedad que se puede obtener del color blanco. De hecho, hay líneas de pinturas que cuentan con más de diez blancos en su gama, llegando incluso a quince o veinte. Cuentan que el pintor Zurbarán era capaz de obtener decenas de variedades en sus lienzos… En fin, la cuestión es que si has decidido pintar tu casa de “blanco”, tendrás que especificar un poco más si no quieres luego quedarte descontento con el resultado.

Puros y cálidos

En primer lugar, los blancos puros dan una cierta sensación de frialdad. Esto implica que para usarlos hay que combinarlos sabiamente con superficies de otros colores que contrarresten el efecto, por ejemplo naranjas, rojos o calderas. En el otro extremo del espectro, los blancos cálidos son atractivos pero pueden generar una sensación un poco “anticuada”. Lo mejor es verificar el efecto llevándonos unas muestras (que os facilitarán en la tienda, en cartulinas) a casa y colocándolas junto a la fuente de la luz natural, que suele ser una ventana.

Complementos sin mucho contraste


Para escoger nuestro blanco (o blancos) tendremos que considerar si nos interesa más un tono clásico, que ronde el color hueso o beige; uno más contemporáneo, en la línea de los grises, o tal vez uno rústico o colonial, próximo a la gama de los ocres. Fijaos en las fotos: en un solo ambiente se pueden combinar varios blancos con un efecto excelente. Y después, para crear contraste os recomiendo que no escojáis complementos demasiado oscuros (el wengué está definitivamente out) sino mejor toques de metal, maderas claras y tapicerías en tonos neutros.

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