Un sofá para toda la vida


El elemento centran del un hogar es sin duda el sofá. Seguramente es el mueble en el que más nos fijamos cuando vamos a amueblar una nueva casa. Las preocupaciones, el estrés en el trabajo, las discusiones familiares, el cansancio físico… todo parece olvidarse y hacerse más llevadero cuando nos dejamos caer en nuestro sofá del salón. Elegir un sofá no es tarea fácil, tenemos que verlo, tocarlo y probarlo uno mismo.

Céntrate en la comodidad

Al principio conviene olvidarse de los colores y estampados, pues eso luego se puede adaptar al sofá que nos guste. Es importante que nos sintamos cómodos y que el cuerpo se adapte perfectamente a la estructura del mismo. El tamaño y la forma son las claves para escoger el que será nuestro sofá favorito. Recuerda que la amplitud de las tiendas y espacios de exposición hace que los sofás parezcan más pequeños de lo que realmente son, así que tenlo en cuenta y toma medidas para no llevarte una sorpresa.


Por ejemplo, los sofás de cuatro plazas sólo son aconsejables en salones muy grandes y luminosos. Los más comunes son los de dos o tres plazas. En el mercado podemos encontrar tres tipos de sofás: compacto, modular y antiestrés. El primero es el más tradicional y de una sola pieza. Los modulares tienen la ventaja de permitir la posibilidad de varias combinaciones distintas, mientras que los sofás denominados antiestrés se caracterizan por proporcionar la máxima comodidad y holgura, normalmente incluyendo reposapiés para mayor comodidad.

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