Cinco errores habituales al decorar la casa en pareja

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La decoración es un proyecto que puede ser individual, cuando una persona da forma a todos los detalles porque va a disfrutar de esa casa en soledad, o también, puede ser un plan compartido en común. Así ocurre cuando al comprar una casa con tu pareja, te encuentras en ese momento especial que marca el inicio de una nueva etapa. ¿Cuáles son los cinco errores habituales al decorar la casa en pareja? En Decorablog observamos cinco puntos.

1. Delegar esta responsabilidad en el otro

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La casa va a ser un lugar que ambos van a disfrutar, es decir, es un espacio común. Sin embargo, puede ocurrir que uno de los dos decida delegar en el otro gran parte de las decisiones por una cuestión de comodidad (implicarse en estos asuntos requiere de tiempo) o porque a la pareja le encanta el interiorismo.

Este tipo de situación puede dar lugar a insatisfacciones comunes puesto que aquel que delega puede sentirse poco identificado con la estética final y quien asume la responsabilidad de manera individual puede sufrir una sobrecarga de estrés.

2. Observar este aspecto solo en su parte estética

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Objetivamente, decorar una casa significa definir los detalles de interiorismo de ese espacio, sin embargo, existe un trasfondo más profundo. Este es un proyecto común que, como tal, viene acompañado por la oportunidad de reforzar la comunicación de pareja en torno a este asunto. Observar la decoración solo en su parte estética plantea una visión reduccionista de la realidad.

Aquellas parejas que viven este proyecto de manera común, argumentan sus puntos de vista, expresan sus expectativas, negocian, ceden y llegan a acuerdos. Y estas habilidades son valiosas también en otras esferas de la vida.

3. Falta de planificación

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El estilo de vida moderno está condicionado por las dificultades de la conciliación con las que conviven tanto las parejas que tienen hijos como aquellas que todavía no han formado una familia (puesto que la exigencia del trabajo es intensa). Si a todo ello se suma el propósito de un proyecto de decoración, entonces, la agenda adquiere una nueva dimensión.

Sin embargo, uno de los errores frecuentes en decoración es la improvisación que,  por tanto, puede derivar en posponer decisiones que lleven a aplazar la fecha de la mudanza. Esta falta de planificación surge por no dar a los deseos una forma de objetivos específicos y temporales en el calendario presente.

4. No definir espacios individuales

Así como en una relación de pareja existen instantes compartidos en común y otros momentos disfrutados en solitario, esta ecuación también puede trasladarse al propio hogar. Es decir, aunque es importante que una pareja defina el estilo general de su casa, compre los muebles en común y medite las decisiones con una implicación conjunta, del mismo modo, conviene no renunciar a la felicidad de que cada uno pueda tener algún espacio personal.

Un lugar que identifique como propio y en el que pueda incrementar su voz para definir los aspectos estéticos que conforman ese entorno.

5. No considerar el presupuesto desde el principio

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Otro fallo habitual es observar el presupuesto como un criterio objetivo, únicamente, al final del proceso de la reforma cuando la pareja empieza a tomar conciencia del nivel de gasto acumulado hasta ese momento y la de detalles que todavía quedan pendientes de terminar. Es en ese momento cuando el factor precio se convierte en un criterio prioritario para seleccionar cada opción.

A su vez, esta situación también puede producir un estrés financiero que afecta al propio vínculo puesto que surgen más discursiones en torno a este asunto que, en realidad, debería de ser motivo de ilusión constante para ambos.

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