Decorar en función de una alfombra


Las alfombras siempre han sido, son y serán una parte imprescindible de la decoración de muchos hogares. No sólo son especialmente recomendables en invierno para combatir el frío, en verano también pueden tener mucho protagonismo para ayudarnos a ir casi casi descalzos por casa sin tener que preocuparnos de coger un resfriado de narices.

Sin embargo, muchas veces nos llevamos las manos a la cabeza porque la alfombra que más nos gusta no encaja con la decoración de la habitación en la que va colocada. En ese caso muchas veces recurrimos a ir a por otra alfombra que sí pegue con el estilo reinante. Pero… ¿por qué no hacer que la decoración sea la que se adapte a esa alfombra de la que te has enamorado a primera vista?

Toma nota de los siguientes consejos y tal vez lograrás tener la alfombra que tanto querías sin que desentone para nada:

Elección de la alfombra: Si bien es cierto que se pueden cambiar muchas cosas, lo que no podrás cambiar tan fácilmente es el suelo. En ese caso debes tener en cuenta su tonalidad para elegir una alfombra que no desentone demasiado. Si es de madera oscura, te irá genial comprar una alfombra con negritas. Si por el contrario la madera es más clara, puede que te convenga más apostar por una alfombra de tonos beige o con colores alegres, sobre todo si forma parte de un dormitorio y no de un salón.


Combinar la alfombra con colores: Si tu elección ha sido la de una alfombra en negrita, deberás apostar por colores brillantes y diseños llamativos, aunque también te puedes decantar por tonos neutros. Una opción muy interesante es la de pintar las paredes en negro y combinarlas con muebles de color como el rojo, el burdeos e incluso el turquesa. El ambiente será muy relajante y sofisticado.

Diseño del espacio alrededor de la alfombra: Pinta las paredes, compra muebles acorde con la alfombra y busca complementos que puedan destacar sin desentonar. Tampoco te olvides de las cortinas y de los cuadros, son muy importantes para que todo el conjunto se vea uniforme. Evita sobrecargar demasiado la estancia con combinaciones arriesgadas.

Coloca la alfombra en el lugar idóneo: La alfombra tiene que ser el elemento protagonista, el elemento en torno al cual ha girado el resto de la decoración. Por ello, debes tener muy presente que el lugar donde la colocarás será un lugar privilegiado. Tal vez te interese colocarla justo en el centro de la habitación para que destaque, aunque en ocasiones puede convertirse en el elemento que focaliza todas las miradas situándose en otro lugar.

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