Sentarse en un huevo colgante


Seguimos repasando los muebles clásicos, esos que han marcado de alguna manera la historia del diseño y que aunque pasen los años nunca pasan de moda. Hoy le vamos a hacer un especial homenaje a una silla muy particular por su originalidad: la butaca Egg de Jørgen Ditzel. esta es una silla muy especial por dos razones, por un lado su brillante diseño en formal de huevo (de ahí su nombre) y porque es una silla colgante. Después de que Ditzel creara este modelo, otros muchos se lanzaron a la creación de sillas suspendidas del techo.

Esta butaca colgante está fabricada en médula trenzada de mimbre sobre estructura de acero lacado. La espectacular forma de la silla se adapta al cuerpo de la persona que se sienta resultando muy confortable. Además, va acompañada de un cojín en moldura de poliuretano y fibra de poliéster con tapizado desenfundable. Para suspender el asiento del techo incluye una cadena de dos metros de largo y un gancho de resorte en acero.

Este silla fue creada en 1957 y a pesar de ser un diseño que tiene más de cincuenta años sigue siendo atemporal y útil para distintas estancias de la casa. ¿No queda de manera maravillosa en un rincón al lado de la ventana como en la imagen? Puede ser el escondite ideal para pasarse unas horas leyendo tranquilamente. Por los materiales que utiliza y la forma que tiene, está silla está en perfecta concordancia con la naturaleza y por eso se adapta tanto a espacios urbanos como de campo. Es una silla distinta que dará a tu hogar un toque de distinción y originalidad.

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