Claves de decoración del estilo maximalista

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Los espacios pueden personalizarse a partir de una línea decorativa que describe un hilo argumental. Aunque el minimalismo es protagonista en muchos hogares a partir de la máxima de la simplicidad, su opuesto, el maximalismo, también es una clara manifestación de belleza en el interiorismo. Ante la perspectiva de un nuevo año, es un buen momento para pensar en posibles cambios de decoración de interiores. ¿Cuáles son las normas del interiorismo y cómo adaptarlo a la realidad de lo concreto?

Antítesis de la filosofía minimalista

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Para comprender mejor cuál es el significado de esta tendencia que cada vez tiene una más presencia en las casas de revista, conviene observar su vinculación constante con los ingredientes de un puzzle minimalista en el que la sencillez es la nota predominante. En este caso, el maximalismo es una evocación al exceso como forma de exaltación de la belleza, las líneas, las texturas, los muebles y la composición. Y esta variedad de elementos alcanza su perfecto equilibrio en un aparente caos que no es fruto de la improvisación sino de la planificación.

Texturas

Para vestir desde dentro una casa de esencia maximalista también es positivo dar protagonismo a la mezcla de texturas entre las que cobran significado aquellas que tienen una consistencia y una prestancia notable a partir de su propia naturaleza. Por ejemplo, el terciopelo. No solo puedes mezclar diferentes texturas, sino también diversos estampados en una casa de estas características.

Un estilo decorativo que apela a los sentidos ante el exceso de información que reciben por medio de este lenguaje de interiorismo.

Más es más

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Mientras que el minimalismo sigue el esquema «menos es más» en cuanto a mobiliario y colores, por el contrario, la creatividad alcanza su máxima expresión en un espacio en el que conviven elementos que se retroalimentan. Por ejemplo, distintas propuestas de decoración en un mismo lugar. Esta es una fórmula perfecta para todos aquellos que no quieren decantarse por una única corriente decorativa cuando pueden sumar la belleza de distintas tendencias en un escenario maximalista.

Si buscas libertad para crear desde una mentalidad de crecimiento en lugar de estar condicionado por normas rígidas, esta tendencia puede gustarte especialmente. Eso no significa que la finalidad principal del maximalismo sea crear un lugar recargado en detalles puesto que incluso en esta diversidad debe existir un porqué que unifique todo aquello.

Si el maximalismo se entiende mejor a partir de su antítesis minimalista, esto también se muestra en los colores. Los tonos más vivos y llamativos adquieren una presencia dominante en esta base.

Combinación de un estilo clásico y moderno

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La esencia del tiempo también puede observarse a través de las características propias de cada estilo de decoración. En un salón minimalista no tienes por qué renunciar a añadir elementos contemporáneos en un lugar en el que también integras detalles clásicos. El resultado de esta esencia creativa es la personalidad visual que adquieren los lugares que se visten de este modo. El ingrediente definitivo de esta corriente es la innovación.

Esta es una de las razones por las que, más allá de la libertad que aporta, el estilo maximalista resulta más complejo que el minimalista.  El arte inherente a la composición de este tipo de lugar no parte de la acumulación ya que cada cosa tiene su porqué y su para qué dentro del conjunto. Por ello, si te gusta este estilo decorativo puedes pedir asesoramiento individualizado a un experto interiorista que te oriente a partir de las particularidades propias del plano a estudiar. En conclusión, el maximalismo se resume en esta idea básica que engloba la totalidad de la corriente: «más es más».

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