5 errores que hay que evitar al pintar un mueble

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A la hora de renovar nuestro hogar existen múltiples posibilidades que nos ayudan a darle un aire nuevo. La más habitual, que por desgracia implica gastar dinero, es la de comprar muebles y complementos con el objetivo de lograr un cambio radical. Sin embargo, también hay otras opciones bastante más económicas, como es el caso de animarse con una manualidad o tratar de cambiar el aspecto de un mueble que nos aburre.

En este último caso es probable que queramos darle una mano de pintura de un color diferente al original. Parece fácil, pero en realidad hay que tener en cuenta una serie de errores que hay que evitar a toda costa para que el resultado sea el esperado.

1- El lijado es imprescindible

Es verdad que en Internet encontrarás artículos como este en el que no dan importancia al lijado. Sin embargo, para eliminar todo tipo de imperfección deberías utilizar papel de lija de grano fino, que es la que va de 150 a 180. Eso sí, hay que aplicarla con suavidad, ya que el objetivo no es levantar la superficie, sino prepararla para facilitar la adherencia de la capa de imprimación. Si la superficie está barnizada, tendrás que utilizar un papel de lija de grano grueso (de entre 60 y 80).

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2- Elimina la suciedad

El siguiente paso es el de eliminar la suciedad, lo que implica acabar con cualquier resto que haya podido quedar suelto tras el proceso de lijado. Para ello es muy recomendable emplear un paño mojado. Eso sí, si quieres que el resultado sea excelente emplea un paño de tela de tachuelas, ya que gracias a él evitas los efectos nocivos del agua en la superficie porosa. La tela de tachuelas, por si no lo sabías, suele venir en cuadrados pequeños y es una tela de queso impregnada de cera de abejas.

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3- El momento de la imprimación

La imprimación es una fase que no podemos saltarnos, sobre todo dependiendo del tipo de acabado que queramos para el mueble en cuestión. Nos ahorrará capas de pintura y contribuirá a que quede uniforme. Podríamos decir que es la base de un buen agarre, una capa selladora que hay que dejar secar siguiendo las instrucciones del fabricante.

Existen diversos tipos de imprimación (para madera, para metal, para PVC, para fachadas de hormigón…). Lo más habitual es elegir una imprimación para madera, sabiendo que a su vez existen varios tipos: pigmentadas (para sellar el poro de la madera), tapaporos (con un sistema no pigmentado) e incoloras (para madera exterior, a excepción de las maderas exóticas).

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4- La hora de pintar

Un pequeño rodillo de espuma es la mejor herramienta para aplicar la pintura por todas las partes del mueble. Lo ideal es aplicar tres capas finas de pintura de látex semibrillante. Si hay residuos o apreciamos que hay goteos en alguna zona, tendremos que ponernos a lijar entre capa y capa, para lo que se suele dejar entre seis y ocho horas.

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5- El remate final: la aplicación del protector

Una vez más debes valerte de un mini rodillo de espuma. Antes, eso sí, asegúrate de que no hay restos de polvo o pelusas recurriendo al paño de tela de tachuelas que he mencionado anteriormente. Cuando lo hayas hecho, aplica una capa fina de protector poliacrílico brillante. Hay que hacero con suavidad y echando un vistazo a las posibles burbujas que se puedan originar por el hecho de utilizar un rodillo de espuma, que no por ello deja de ser el más adecuado para tal fin. Antes de volver a utilizar el mueble, hay que dejar que pasen 72 horas para dejar de notar el tacto pegajoso que le deja el protector durante las primeras horas.

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