Pintar el techo


Antes de empezar a pintar las paredes, tenemos que comenzar por el techo. Para ello tienes dos opciones, la mejor es mover todo el mobiliario de la estancia que vamos a pintar y dejarla vacía o aunque también puedes tapar todos los muebles con la ayuda de plástico o telas que no sirvan. Por su parte, el suelo conviene cubrirlo con papel, cartón o plástico.
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Pintar muebles


La decoración y pintura de muebles es una técnica muy utilizada. Puedes crear diferentes ambiente o espacios a través del color de los muebles. Además, das un toque personal en la decoración pintando los muebles a tu gusto de forma que combinen con los otros elementos, algo que puede ser clave para conseguir un estilo único.

El mobiliario chino es uno de los primeros que se pusieron a pintar. Tradicionalmente el dibujo es una obra artística muy apreciada en la ornamentación. Para ello se suelen utilizar colores como el gris perla, el azul, el blanco crudo o el verde son algunas de las tonalidades predominantes y que mejor combinan con los muebles. Armarios, aparadores, sillones, mesas, auxiliares, cómodas o biombos, son los muebles que más se suelen pintar para decorar y añadir un aire diferente a cada habitación.

En otro sentido, dar una capa de pintura a un mueble también sirve para que pueda seguir formando parte de la historia de nuestro hogar, ya que lo renueva y protege. Pulir y pintar sin barniz proporciona un aire rustico a la decoración.

Imitar el mármol con pintura


El mármol es uno de los materiales más utilizados e imitados a la vez, con pintura a brocha podemos conseguir numerosos efectos que permiten la simulación en paredes, techos o mesas.

Un producto ideal para estos casos es el esmalte. Lo podemos aplicar con una esponja y pequeños golpes para conseguir un contraste de tonos en la zona que se quiere decorar, los efectos son muy bonitos cuando se combinan varios colores.

Para dibujar líneas, es recomendable utilizar óleo diluido con disolvente y emplear un pincel o brochas de escaso grosor. Recuerda que el mármol tradicional se asemeja a los tonos ocres. Sin embargo, puedes ser más original e intentar con una base en negro, gris, verde, marrón, rosa o azul.

Pintura Ikea para habitaciones infantiles


Ikea acaba de presentar su nueva colección de pinturas para habitaciones infantiles. Pese a que todavía no está a la venta, se rumorea que en una semanas podríamos encontrarlas en cualquiera de los centros que tienen distribuidos por toda España.

La pintura es lavable y ha sido creada especialmente para ser utilizada en habitaciones para niños. Hay tres tipos de pinturas seleccionables según los colores: cálidos, pasteles y frescos. El producto será distinguible gracias a su envase, en el que se podrá leer «Ikea Kids».

Pinturas con agua


Pintar con agua es un truco muy utilizado para ahorrar pintura y rebajar el grado de saturación de los colores. Podemos conseguir infinidad de tonalidades mezclando la puntura base con un poco de agua. La clave está en las proporciones de la preparación.

Tonos fuerte: diluir una parte de pintura en diez de agua
Tonos suaves: 30 partes de agua por una de pintura.

La mezcla se debe realizar en un recipiente cerrado hasta diluir por completo la pintura en agua templada. Antes de pintar la superficie, conviene hacer pruebas de color para ver si es la tonalidad deseada.

Pintar a brocha

Pintar con brocha es una tarea fácil pero requiere su técnica. El error más habitual es dejar marcas al pasar la brocha por la pared, para evitarlo es recomendable limpiar la superficie previamente y aplicar una capa de imprimación que ayude a fijar el producto de manera uniforme. Además, para pintar paredes con brocha es necesario que todas las partes estén completamente empapada de pintura para que no queden zonas sin colorear. Otro consejo es evitar un número excesivo de pinceladas, puesto que el disolvente podría llegar a evaporarse, mejor esperar a que se seque para repasar las zonas.

Para la técnica de la brocha seca en la que se utiliza una cantidad mínima de pintura, muy empleada para decorar muebles es importante antes de decorar el mueble lijar cualquier saliente o desperfecto. Para un acabado liso y perfecto, las cerdas han de rozar el mueble con movimientos rápidos y aplicar dos capas.

Pintura magnética


Ahora ya puedes colgar cuadros en la pared sin hacer agujeros y por supuesto olvídate de las chinchetas. Los tablones y pizarras son prácticos tanto en una vivienda como en una oficina, poder colgar recortes o anotar citas importantes es una herramienta muy útil. Pero con pintura magnética todo será mucho más fácil, ya que posee propiedades similares a las de los imanes.

Generalmente, son necesarias dos o tres capas para conseguir este efecto, pero el resultado es satisfactorio y además se puede pintar sobre ella de otro color. Con esta pintura, las paredes se mantienen en perfecto estado, sin marcas y nos será necesario recurrir a un taladro para esconder un taco que sujete los objetos como pueden ser los cuadros.

Pintar con esponjado o trapeado


Las famosas técnicas del esponjado y el trapeado no son muy complejas y permiten conseguir efectos decorativos muy diversos y llamativos sobre paredes o techos, aportando originalidad en los ambientes.

El esponjado se puede conseguir de dos formas:
– Pintamos la superficie, aplicamos una segunda mano y, una vez seca, frotamos la pintura.
– Aplicamos una o dos capas base y encima estampamos otro color con un trapo o esponja y pequeños toques.

Respecto a la pintura, es conveniente que sea plástica al agua o esmalte al aceite. En cuanto a los colores, los tonos de mayor constaste logran un resultado más vistoso. Lo más frecuente es utilizar un tono claro para la base y otro más fuerte para destacar.

Para el trapeado, primero se debe comprobar que el trapo esté limpio y libre de polvo para garantizar así una buena adherencia de la pintura. El trapeado se puede emplear en paredes, techos y muebles. Para ello, sumergimos un trapo enrollado en forma de rodillo en la pintura y lo pasamos sobre la superficie que se quiera decorar.

Pintura monocapa


Al momento de pintar nuestra propia casa, se suele utilizar muy a menudo pintura monocapa, ya que permite con una sola mano cubrir por completo una superficie. Al ser una pintura plástica algo más espesa, una mano de este producto equivale a dos capas de una pintura convencional. Aunque dependiendo de la superficie de la pared y de la intensidad del color es recomendable pintar una segunda mano.

Se caracteriza por ser una pintura muy resistente y útil para paredes y techos tanto de interior como de exterior. El enorme ahorro de tiempo que supone este tipo de pinturas la convierte en un producto ideal para espacios que deben ser ocupados en un breve espacio de tiempo, como habitaciones de hospital, despachos o viviendas. Además, el tiempo de secado es realmente rápido, pues oscila entre 30 minutos y 3 horas. Las propiedades de la pintura monocapa permiten su aplicación con brocha, rodillo o pistola. La pintura ideal para bonitos acabados o simplemente para salir del paso.